Como reflexión

 

 

"Claro está que nosotros, ágiles latinos, duchos en improvisar hemos dado ya con el medio de hacer como que solventamos este inconveniente.

 

Es muy sencillo. Si para nuestros genios el trabajo científico es un episodio, ayudémosles episódicamente a ratos.

 

Vayamos al laboratorio unas horas al día, un día a la semana, unas semanas en las épocas en que la enfermería disminuye. Lo que cuesta jornadas enteras a los teutones y a los hijos del Sol naciente, nosotros lo haremos en horas, en minutos acaso, por algo somos más vivos que ellos.

 

O vayamos a los centros de trabajo científico durante los años juveniles, cuando nada mejor remunerado tengamos que hacer. O deleguemos en los mimados de la fortuna el  trabajo de rebusca, declarando que si fuésemos ricos, entonces sí trabajaríamos.

 

Creemos inútil entrar en discusiones: lo que en todo el resto del mundo se hace dedicando a ello unos hombres toda su vida y todas sus horas, aquí no ha de hacerse de otra manera.

 

Nuestro eterno recomenzar, la relativa esterilización de nuestros grandes hombres, no reconoce otra causa que este creernos distintos a los demás." 

Extracto de una editorial sobre "La enseñanza y la investigación en medicina" de 1926, publicada en la Revista Médica de Barcelona y citado por Fernando Salmón, Luis García Ballester y Jon Arrizabalaga. En "La Casa de Salud Valdecilla. La introducción del hospital contemporáneo en España". Universidad de Cantabria, 1990:207.